Las altas temperaturas durante el verano y los trayectos de largo recorrido que se producen durante las vacaciones pueden llegar a afectar a algunos elementos del coche. Por ello, con la vuelta al trabajo es importante llevar a cabo una puesta a punto del vehículo para garantizar la seguridad al volante. En este sentido, ¿qué es lo que hay que revisar?
- Neumáticos: Los neumáticos sufren más en verano debido a que las altas temperaturas los desgastan con mayor facilidad, por lo que se debe revisar el dibujo y la presión de los mismos.
- Frenos y líquidos: Es importante prestarle especial atención al estado de los frenos, ya que las altas temperaturas a las que se exponen las pastillas pueden llegar a dar lugar a un desgaste prematuro. De igual manera pasa con los niveles de líquidos, pues estos suelen reducirse tras largos desplazamientos y una vez terminado el verano es importante echarles un vistazo.
- Refrigeración: Se debe comprobar que el sistema de refrigeración funciona correctamente, ya que un uso excesivo puede alterar su rendimiento, algo que con la fuerte ola de calor que llegó a España durante el verano puede haber sucedido.
- Interior del vehículo: Durante el verano aparcar a la sombra o utilizar al parasol es fundamental para frenar las inclemencias del sol en el interior del coche. Sin embargo, no siempre cumplimos con ello, pudiendo afectar a parte de la tapicería, el salpicadero o el volante, entre otros, provocando grietas o desgastes. En algunas gasolineras o tiendas especializadas comercializan productos específicos que reparan, en la medida de lo posible, estos daños.
- Batería: Las altas temperaturas e incluso el frío debilitan la batería del coche. Por ello, es recomendable revisar su estado antes de la llegada del otoño, ya que la bajada del termómetro podría agravar un problema ya existente y causar un fallo.
- Motor: El motor es uno de los componentes más importantes en un coche y también uno de los que más sufre ante el calor, teniendo como consecuencia la pérdida de potencia. Las altas temperaturas disminuyen la cantidad de oxígeno que necesita para quemar el combustible y aquí juega un papel importante el filtro del aire. Por ello, es aconsejable asegurarse de que se encuentre en un buen estado o de si es necesario cambiarlo. Además, un correcto estado del filtro ayuda a ahorrar combustible.