La DGT tiene hasta el 1 de julio de 2021 para modificar la clasificación de los vehículos en función de su eficiencia energética, lo que supondrá un cambio en las etiquetas medioambientales para mejorar el sistema actual y corregir deficiencias que han detectado en el mismo.
Ante la posibilidad de que estas modificaciones puedan afectar a los conductores que actualmente cuentan con un vehículo considerado de bajas emisiones y que con la modificación de los parámetros y las nuevas etiquetas pudiera dejar de serlo, la DGT lo aclara: Los cambios no van a tener efecto retroactivo y, además, se van a limitar a “pequeños ajustes o mejoras” consensuadas con el sector de la automoción y con los ayuntamientos, que al final son los que aplican las restricciones de acceso a las ciudades en función del distintivo y el impacto medioambiental de cada vehículo.
Sin embargo, esto no supone que no vaya a haber cambios en los nuevos vehículos. Tal y como ha explicado desde la DGT, podrían aparecer nuevos distintivos o categorías que ampliarán la actual clasificación de cuatro etiquetas (Cero Emisiones, ECO, C y B), pero solo afectarán a los coches nuevos que se matriculen después de la entrada en vigor de los cambios.