En un momento donde la crisis de los microchips y la inflación están provocando una caída de las ventas de vehículos, los concesionarios han de buscar nuevas fórmulas para seguir en contacto con los clientes y ganarse su confianza. Una de las formas para aportar un valor añadido al usuario es, entre otras, la extensión de garantía del vehículo, un servicio cada vez más demandado por los compradores.
Según un último estudio realizado por Harris Interactive, casi 6 de cada 10 conductores apostarían por extender la garantía de su próximo vehículo. En concreto, la encuesta indicaba que el 59% de los conductores sacaría una garantía más larga o más completa para su próximo automóvil; el 27% no estaba seguro y solo el 14% no lo haría.
Sobre qué tipo de garantía les interesa a los usuarios, el estudio destaca que un 48% se decanta por una garantía extendida, mientras que el 44% preferiría un plan de servicio. Por otro lado, el 18% de los encuestados indicó que contrataría una garantía para costes menores y un 15% señaló la garantía para llantas.
Pero este interés por extender la garantía no se circunscribe exclusivamente a los vehículos nuevos. Y es que, con las garantías el comprador tiene la confianza de que su vehículo estará más protegido ante posibles averías mecánicas que pudieran poner aún más en peligro su ya resentida economía familiar. Se trata de un valor añadido, en estos momentos, vital para clientes y vendedores. Por ello, es especialmente importante en el segmento del vehículo de ocasión, pues sirve como una palanca que aumenta la confianza del comprador y puede ayudar a seguir impulsando el mercado de usados, que en estos momentos se presenta como una gran alternativa al de nuevos al contar con precios más competitivos y no sufrir tan de cerca los problemas derivados de la falta de semiconductores.