El coche eléctrico es la gran apuesta de los países para destronar a los vehículos de combustión tradicional y conseguir un parque menos contaminante. Sin embargo, uno de los mayores retos al que se ha tenido que enfrentar este tipo de propulsión desde sus inicios ha sido su precio, excesivamente elevado y que ha supuesto una barrera de entrada para que los conductores accedieran a este tipo de movilidad.
Ante esta realidad, por la que el vehículo eléctrico es casi un bien de lujo y por tanto es poco accesible para la gran mayoría, surge una duda: «¿Cómo protegemos la libertad de movilidad de las clases medias que no pueden permitirse comprar un coche eléctrico de 35.000 euros cuando por el mismo producto de combustión tradicional pagan la mitad?». Es la cuestión que Carlos Tavares, CEO de Stellantis, puso sobre la mesa la semana pasada en la cumbre Future of the Car del medio británico Financial Times.
Para Tavares, los gobernantes “se han olvidado de lo importante, la gente”. Y es que no todo el mundo se puede permitir un coche eléctrico debido a su elevado precio. El máximo dirigente del grupo automovilístico ítalo-franco-estadounidense opina que, aunque los precios de los coches eléctricos están bajando, no se espera que sean más baratos que sus rivales de gasolina hasta la segunda mitad de la década.
Para Tavares, apostarlo todo al coche eléctrico de batería es un error. «Creo que podríamos ser más eficientes con múltiples tecnologías, no con una sola». Y es que «cuando se analizan las emisiones de carbono, deberíamos tener en cuenta las emisiones del ciclo de vida para las masas. Si hacemos que la movilidad del futuro -en concreto, los coches eléctricos- sólo sea asequible para la gente rica, tendremos una flota de coches viejos que seguirán emitiendo».