Una reclamación en materia de Consumo es una comunicación que el consumidor dirige a la administración competente cuando se presenta un conflicto entre él y la empresa que le ha vendido el producto, poniendo de manifiesto los hechos y solicitando una solución y/o compensación. Pero solo pueden presentar reclamaciones de Consumo quienes hayan actuado como consumidor final. No son reclamaciones de Consumo las discrepancias que pueda haber entre empresas o entre particulares, por lo que no estarán amparadas ni por las normas de protección del consumidor ni por los organismos encargados de ello.