Una de las principales conclusiones del estudio es que, en contra de la creencia generalizada, estas incoherencias no siempre responden al trucaje de cuentakilómetros para facilitar su venta. Si bien la manipulación se detecta en más de 7 de cada 10 ocasiones, también se perciben otras casuísticas relacionadas con despistes y fallos informáticos. Tanto es así que casi un 20% de las salvedades detectadas tiene que ver con la omisión de algún dígito al anotar el kilometraje, mientras que el resto son atribuibles a errores de redondeo.
