Existe la posibilidad de que un cliente extranjero quiera adquirir un coche en nuestro país, pero que además lo quiera hacer pagando en una divisa distinta al euro, moneda oficial en España. Ante esta situación lo primero que debemos tener en cuenta es el precio del vehículo, pues este puede determinar la forma de pago.

Con carácter general, para poder pagar la compra de un vehículo en efectivo el precio de este debe ser inferior a los 2.500 euros para residentes en nuestro país, alcanzando el límite de los 15.000 euros cuando el comprador es un particular sin domicilio fiscal en España.

Partiendo de esta premisa, si un cliente de fuera de nuestro país quiere comprar un coche, deberá hacerlo a través de transferencia o mediante un ingreso siempre que supere el límite de los 15.000, no siendo en este caso la divisa un problema. No obstante, si el precio del coche no excede esta cantidad y el comprador quiere pagar en efectivo, el establecimiento vendedor deberá recibir el pago en euros, no estando obligado a admitir un pago con una moneda extranjera.