Si bien la irrupción del coche autónomo busca sacar de la ecuación el factor humano y con ello volver más seguros los desplazamientos por carretera, no debemos caer en la tentación de pensar que los riesgos van a desaparecer. En este caso lo que harán va a ser cambiar y estar relacionados con la ciberseguridad.
Según un informe de la Comisión Europea y Enisa, centrado en las amenazas intencionadas contra los coches autónomos, la progresiva digitalización de los automóviles aumenta las posibilidades de que estos puedan ser ciberatacados.
El estudio presenta cinco escenarios hipotéticos en los que un coche autónomo se puede ver en peligro por distintos hackeos y a los que las marcas deberán atender para blindarse frente a ellos:
- Alteración de procesamiento de imágenes: Modificar un coche autónomo para que no interprete correctamente imágenes como señales de tráfico o marcas viales puede suponer grandes riesgos y derivar en accidentes.
- Ataque de intermediario: Se produce cuando alguien inserta o modifica la información disponible para el módulo de planificación. Dicho módulo calcula las trayectorias que el vehículo debe tomar, por lo que alterarlo es muy peligroso.
- Manipular los datos de posicionamiento del vehículo: De esta manera se puede alterar el sistema de detección del coche cuando éste necesita detectar un ‘stop’ o cualquier otra señal de detención.
- Atacar los servidores de diversos proveedores de componentes: A través de la información del coche se puede acceder a los datos de los distintos proveedores de componentes del vehículo.
- Envío de señales falsas al sistema de navegación: Introduciendo datos erróneos en los algoritmos de Inteligencia Artificial del coche se puede redirigir a un vehículo autónomo donde un hacker desee.
