El parque automovilístico español contará con más de nueve millones de turismos conectados en 2025, lo que supondrá alrededor del 35% del total, según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM). Sin embargo, ¿sabe el sector cómo aprovechar correctamente estos datos?

Actualmente algunos fabricantes se están enfocando en comparar los datos recogidos por el propio vehículo -incluidos los recopilados por los asistentes al conductor– con partes de accidentes reales de las aseguradoras. De esta forma, buscan comprender qué funciones tienen el mayor impacto en la reducción de colisiones. El objetivo de esta investigación es convencer a los clientes para invertir en esas tecnologías por su seguridad. Al mismo tiempo, los fabricantes tendrán información para mejorar el diseño del vehículo.

El siguiente paso es centrarse en la asistencia en caso de accidente, pues la geolocalización y el análisis de los datos que permite el coche conectado permitirá ofrecer un servicio más completo para gestionar una avería o las secuelas de un accidente, tanto para los vendedores del vehículo como para los servicios de posventa, quienes podrán avisar de una avería incluso antes de que esta se produzca en base a la información del coche en relación al desgaste de piezas, tiempo desde la última revisión, rendimiento del coche, etc.