Uno de los fallos más habituales en las ITVs está relacionado con el nivel de emisiones de los vehículos. Por lo general suele deberse al colapso de los filtros de partículas por un uso intensivo en ciudad y al hecho de no haber pasado antes por revisión al determinar que el coche funciona perfectamente, aunque expulsando más contaminación a la atmósfera.
Para controlar aún más los volúmenes de emisiones, las ITV ya tienen la obligación de examinar éstas mediante el sistema OBD de nuestro vehículo, lo que permitirá comprobar si estamos dentro de los límites permitidos o, entre otras cosas, si nuestro coche sufre una avería que se ha intentado ocultar con un borrado de última hora.
Pero no todos los vehículos tendrán que pasar esta prueba. Debido a sus particularidades técnicas, sólo serán los coches modernos los que se enfrenten a la prueba OBD de emisiones. Es decir, aquellos vehículos de particulares que hayan sido homologados después de 2011. Los anteriores no pasarán por este particular examen.