Lo primero de todo es aclarar que no es necesario que un coche completamente eléctrico tenga un sistema de escape. Estos modelos no han sido diseñados con un motor que requiera la expulsión de gases residuales, como los coches tradicionales, y funcionan de manera muy diferente, ya que la energía se almacena en baterías de iones de litio y utilizar esta energía no produce gases residuales.

Las emisiones que se producen en los motores eléctricos se expulsan una vez que se apaga el coche, pero estos no provienen directamente del motor en marcha. Por lo tanto, no existe la necesidad de un sistema de eliminación de residuos como el mecanismo de emisión de gases de escape.

No obstante, a un coche eléctrico una vez se ha comprado, si se le puede colocar un tubo de escape artificial como un adorno o complemento sin una función real. Y es que, el tubo de escape artificial solo crea la ilusión de que tiene un sistema de escape para tener una sensación más de coche, pero es un mero elemento decorativo.