Pagar por el uso. Aquí está la clave de la revolución que estamos viviendo. Antes, la propiedad del coche tenía un significado y proyectaba nuestro estatus, pero ahora el vehículo para comunicar lo que somos o lo que aspiramos a ser es Instagram o Facebook. Nos hemos dado cuenta de que podemos tenerlo todo sin atarnos a nada gracias a plataformas como Netflix o Spotify y, no nos engañemos, esos servicios de suscripción también llegan a la movilidad. Las marcas lo saben y por eso están cambiando la relación con sus clientes, reduciendo intermediarios.
Por tanto, para compensar la pérdida de negocio derivada de la desintermediación tendremos que ser capaces de aprovechar las ventajas de esa digitalización y convertir el móvil en la llave que abra nuevas oportunidades de negocio. Tendremos que ser proveedores de servicios relacionados con la movilidad conectada. Por resumirlo de manera muy gráfica: tendremos que apretar menos tuercas y saber más de software porque la gestión del dato será nuestra principal herramienta.
Pero ¿en qué punto está la posventa? Porque esa reconversión requiere margen para invertir en nuevos perfiles y en tecnología. Veamos. Si tenemos en cuenta las diferencias de precio en la mano de obra que existen por tipo de taller, los datos que manejamos en Ganvam -producto del informe elaborado en colaboración con GIPA “Diagnosis para afrontar la transformación digital”- muestran que los negocios posventa dedican entre un 44% y un 59% de su facturación en mano de obra al coste laboral. Si partimos de que los gastos fijos suponen el 40% del volumen de negocio, el sector posventa se ve en la necesidad de cuidar los márgenes para poder encarar las inversiones que exige este contexto digital.
En este escenario, no hay que perder de vista que el 54% de los talleres -hablamos de más de 24.000 negocios, de los que más de una tercera parte tienen menos de cuatro empleados- no están abanderados y no hay duda de que la alta fragmentación unida a la baja rentabilidad da como resultado grandes dificultades para la transformación en general y para afrontar la complejidad del vehículo conectado en particular.
Llegados a este punto, y con la evidencia de que el taller independiente requiere de mayor colchón para poder encarar esta nueva realidad que el oficial, una de las principales líneas estratégicas de Ganvam esté siendo el desarrollo del ecosistema tecnológico y de servicios que facilite a las pymes del sector la adaptación al nuevo modelo de negocio derivado de la transformación digital.
Este desarrollo va en paralelo a la defensa ante la Comisión Europea de una plataforma que permita el acceso abierto y seguro al dato que genere el coche conectado. Porque nuestra responsabilidad como patronal es garantizar el acceso a la información en igualdad de condiciones y favorecer la libre competencia para tratar de no dejar a nadie en el camino.
Raúl Palacios, presidente de Ganvam