La movilidad conectada es el futuro, pero un futuro no tan lejano como se podría imaginar. En 2025 el 35% de los vehículos estarán conectados a la red y en 2030 esta cifra alcanzará alrededor del 40%. Además, en esa fecha, el 100% de los coches de menos de cinco años estarán conectados, según datos de Ganvam.
Este contexto proporcionará numerosas ventajas a los conductores de vehículos particulares, de transporte y, como no, a los de servicios de emergencia, entre otros. En este sentido, el fabricante de vehículos Ford ha probado una tecnología de semáforos conectados que pueden ponerse en verde automáticamente para facilitar el camino y ofrecer rutas más rápidas a ambulancias, camiones de bomberos y vehículos de la policía.
De la misma forma, esta tecnología puede ayudar a reducir el riesgo de accidente provocado por los servicios de urgencia que se saltan los semáforos en rojo. Además, se podrían disminuir los atascos si enviaran la información de los semáforos en rojo y verde a los vehículos que se acercan.
Esta comunicación entre los vehículos y los semáforos es posible gracias a la tecnología C-V2X (Cellular Vehicle-to-Everything), una plataforma unificada que conecta los vehículos con la infraestructura de la carretera, otros vehículos y otros usuarios de la vía.