- El exceso de oferta en China tiene el potencial de impactar los mercados europeos de VN y VO
- Las ventas de VN en China alentará a los fabricantes europeos a concentrarse más en su mercado local, lo que llevará a una mayor competencia y posibles guerras de precios
- El mercado del Reino Unido es el más vulnerable a la presión de ventas europeas debido a la ausencia de aranceles adicionales sobre los BEV chinos
La actual guerra de precios que afecta al mercado de vehículos eléctricos de China tiene el potencial de impactar los mercados europeos de VN y VO, según un nuevo análisis de Indicata, parte del Grupo Autorola.
Con los fabricantes de automóviles chinos reduciendo precios hasta en un 34% y los descuentos promedio en vehículos eléctricos alcanzando un récord del 17%, el efecto dominó podrían impactar los valores VN y VO en toda Europa y el Reino Unido. El mercado chino, aunque superará los 33 millones de vehículos en 2025, está experimentando lo que los observadores de la industria llaman una ‘carnicería’ con más de 100 marcas diferentes de vehículos eléctricos compitiendo en una estructura de mercado insostenible.
El principal fabricante chino BYD anunció recientemente recortes de precios dramáticos en 25 modelos debido al exceso de inventario, desencadenando una respuesta en toda la industria que ha comprimido los márgenes de los vehículos.
“Los OEM chinos enfrentan un exceso de oferta masivo y una competencia intensa en su mercado doméstico”, dijo Andy Shields, Director de la Unidad de Negocios Global de Indicata.
“Necesitan encontrar mercados fuera de China para vender sus vehículos, y Europa representa su destino de exportación más viable y rentable.”
Presiones estratégicas de exportación apuntan a los mercados europeos
El análisis revela que los fabricantes chinos también enfrentan barreras significativas en otros mercados importantes. El mercado estadounidense sigue siendo en gran medida inaccesible debido a los altos aranceles, mientras que otros mercados globales fuera de Europa podrían absorber vehículos de combustión interna (ICE) y vehículos eléctricos híbridos enchufables (PHEV) pero carecen de la infraestructura de carga necesaria para apoyar la adopción de vehículos eléctricos de batería (BEV).
“Aunque hay aranceles para los BEV en la UE, todavía es posible que los fabricantes chinos vendan BEV en Europa de manera más rentable que en su mercado doméstico”, explicó Shields.
“El mercado del Reino Unido está particularmente expuesto ya que actualmente no hay aranceles adicionales sobre los BEV chinos.”
La situación se complica aún más por la reorientación estratégica de los fabricantes chinos. Originalmente enfocados en gran medida en la producción de BEV, los OEM chinos ahora están aumentando su enfoque en vehículos ICE e híbridos.
Este cambio responde no solo a consideraciones arancelarias sino también a la realidad de que la demanda de los consumidores por BEV no ha acelerado a los ritmos originalmente esperados por los gobiernos, la UE o los propios fabricantes.
Se anticipa una mayor presión en el mercado
El análisis de Indicata proyecta una posible presión creciente en los mercados de la UE y el Reino Unido, así como en Brasil, México y Australia, para absorber los vehículos producidos en China a medida que los fabricantes buscan nuevos mercados para su exceso de producción. Esta presión puede extenderse más allá de los BEV para incluir el segmento PHEV.
“Estamos viendo un posible cambio en la dinámica del mercado. El exceso de oferta de nuevos productos chinos tiene el potencial de seguir aumentando la presión sobre los vehículos usados en Europa debido a la reducción de los precios de lista de autos nuevos y el exceso de oferta”, señaló Shields.
Consolidación de la industria e implicaciones a largo plazo
La situación del mercado chino destaca la naturaleza insostenible del panorama competitivo actual, donde la mayoría de los fabricantes requieren volúmenes de producción de aproximadamente un millón de vehículos anualmente para una rentabilidad sostenible, un objetivo que la mayoría de las marcas de vehículos eléctricos chinas no están cumpliendo.
Solo un puñado de marcas, incluidas BYD, Li Auto y Seres, están reportando márgenes de vehículos consistentes, mientras que otras como Nio están experimentando una quema de efectivo significativa que está impactando los márgenes de ganancia. La consolidación de la industria parece inevitable, con jugadores más pequeños enfrentando adquisiciones o salidas del mercado.
El gobierno chino ha reconocido que el mercado no puede soportar 100 marcas de vehículos eléctricos compitiendo, preparando el escenario para una reconfiguración dramática del panorama automotriz global. Los fabricantes de vehículos eléctricos chinos están apuntando a que el 50% de sus ventas provengan de mercados internacionales, con las exportaciones ya representando el 33% de la producción total de vehículos eléctricos de China en los primeros cuatro meses de 2025.
Sin embargo, esta estrategia centrada en la exportación conlleva riesgos debido a posibles tensiones geopolíticas, estructuras arancelarias en evolución y barreras regulatorias.
Evaluación del impacto en el mercado
Para los consumidores europeos, los beneficios a corto plazo incluyen el acceso a vehículos tecnológicamente avanzados a precios más bajos. Sin embargo, las posibles implicaciones a largo plazo para los mercados de VO podrían ser notables, ya que la afluencia de vehículos chinos con precios competitivos puede crear presión a la baja en las valoraciones de vehículos usados en múltiples segmentos.
Los fabricantes de automóviles tradicionales, incluidos Volkswagen y Honda, ya están luchando para competir con los vehículos eléctricos chinos tecnológicamente avanzados y de precios agresivamente más bajos, que han superado a gran parte de la industria automotriz global en innovación y competitividad de costes.
Mientras tanto, la guerra de precios en China minimizará aún más las posibilidades de que los fabricantes occidentales establecidos vendan vehículos allí. Estos OEMs, por lo tanto, se centrarán más fuertemente en su mercado (local) en Europa, lo que probablemente llevará a una mayor competencia y guerras de precios para evitar las penalizaciones de CO2, impactando así las ventas de vehículos nuevos y usados durante 2025.