El límite de velocidad de los 30 km/h ya ha llegado a las ciudades: ¿cómo se aplica?

Desde el pasado martes, 11 de mayo, aproximadamente el 80% de las calles de las ciudades, aquellas con un único carril por cada sentido de circulación a excepción de las que están reservados o son de uso exclusivo, según la DGT, pasan a tener un límite máximo de velocidad de 30 km/h.

La medida, que forma parte del paquete anunciado en noviembre de 2010, fue presentada el pasado lunes en Valladolid por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el director de Tráfico, Pere Navarro, y el alcalde de la ciudad vallisoletana.

La nueva normativa no solo limita la velocidad a 30 km/h en las vías mencionadas, sino que también reduce la velocidad a 20 km/h en vías sin acera. No obstante, en las calles con al menos dos carriles de uso completo por sentido de circulación, seguirán a 50 km/h, a excepción de los vehículos de mercancías peligrosas, que seguirán teniendo que circular por debajo de los 40 km/h.

Esta modificación de los límites de velocidad viene impulsada por el deseo de las administraciones de reducir las muertes del tráfico un 50% hasta finales de la década. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el riesgo de que un peatón fallezca arrollado por un vehículo es hasta cinco veces menor a 30 km/h que a 50 km/h. Tal y como ha señalado el director de la DGT, Pere Navarro, “circular a 50 en una calle de un único sentido es un disparate, cualquier cosa que salga te la llevas por delante”. Además, también ha señalado que esta medida busca “hacer ciudades más amables y humanas” en las que el vehículo privado pierde peso mientras lo ganan los peatones.

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