Marcas como Porche están desarrollando desde hace tiempo combustibles renovables con el objetivo de reducir de una forma significativa las emisiones de CO2 ¿Podrán llegar a ser estos combustibles sintéticos una opción real para reducir el gran volumen de emisiones de los vehículos de combustión?
El fabricante alemán, por ejemplo, está realizando pruebas con un combustible sintético que puede contribuir de manera relevante a reducir las emisiones de carbono en el sector del transporte, según explican. El producto en desarrollo es una gasolina renovable basada en un biocombustible creado a partir de residuos de alimentos.
Desde Porche defiende su apuesta por este tipo de combustible renovable argumentando que la transición a la movilidad eléctrica no se está produciendo lo suficientemente rápido como para alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París. Además, para la marca alemana el coche eléctrico está llegando a distintas velocidades en diferentes regiones, lo que significa que durante las próximas décadas seguirán circulando vehículos con motor de combustión.
Los combustibles sintéticos se crean utilizando electricidad generada mediante energía eólica; el agua se descompone en hidrógeno (H2) y oxígeno (O) mediante electrólisis, y luego el hidrógeno se procesa con CO2 extraído del aire para producir e-metanol. En el siguiente paso, conocido como síntesis de metanol a gasolina, se convierte en gasolina sintética, que a su vez se procesa hasta convertirse finalmente en un combustible que cumple con los requisitos necesarios para poderse utilizar en todos los motores de gasolina.
¿Podrán llegar a ser los combustibles sintéticos una solución real para reducir las emisiones? Porche así lo cree.