Después de que en otoño de 2020 China anunciara nuevas políticas públicas para apoyar los vehículos de hidrógeno y la infraestructura necesaria, ofreciendo ayudas puntuales en la compra de estos vehículos, desde hace unos meses está impulsando que las administraciones y empresas locales desarrollen la infraestructura necesaria para el desarrollo de estos modelos.
De esta manera, a raíz de estas políticas de impulso al coche de hidrógeno, grandes marcas chinas como Geely y Great Wall han anunciado su apoyo a esta tecnología y ya están desarrollando nuevos modelos basados en ella con el objetivo de que un millón de coches con pila de combustible recorran sus calles durante la próxima década.
El mercado actual del coche de hidrógeno está liderado por marcas japonesas como Toyota con su Mirai, pero China busca seguir la senda de los nipones en este sector redoblando su apuesta por una tecnología limpia que no está sujeta a los elevados costes del reciclaje del litio o las propias baterías, pero que sin embargo sí cuenta con costes de producción a día de hoy mucho más elevados que otras formas de propulsión.