Las carreteras tal y como las conocemos podrían estar cerca de cambiar. Los últimos avances tecnológicos relacionados con el transporte podrían propiciar una evolución en las carreteras hacia convertirse en vías inteligentes gracias a la implantación de tecnologías como el 5G, que permitirían la comunicación en tiempo real entre conductores, agentes de tráfico, emergencias, etc.

Gracias a estos avances tecnológicos y la conectividad podría llegar a ser posible más pronto que tarde medir el nivel de humedad, la saturación del tráfico, la temperatura, el riesgo de deslizamientos…y todo ello en tiempo real.

Además, el constante flujo de información que las carreteras inteligentes permitirían generaría una gran cantidad de datos que serían de gran utilidad en caso de accidente, colapso, cierre de vía, etc. Es decir, informaciones de gran utilidad para los conductores que podrían ser compartidas el instante.

La pregunta es ¿queda mucho para que esto ocurra? En apenas dos años, en 2024, está previsto que se inaugure en España, concretamente en Vizcaya, el primer tramo de autopista inteligente adaptado para coches autónomos. Será un tramo de 57 kilómetros de la AP-8, que atraviesa el País Vasco de este a oeste.

Además, todos estos avances harán las carreteras más cómodas y seguras, pero el desarrollo tecnológico también aportará innovaciones decisivas para hacer realidad las cero emisiones netas del sector en 2050. Por ejemplo, “la creación de nuevos materiales para la red viaria que supongan un avance desde el punto de vista de la economía circular, la promoción de nuevos sistemas de propulsión para los vehículos que generen una baja o nula huella de carbono o el despliegue de una red de puntos de recarga en el caso del coche eléctrico, según UE Studio.