Uno de los trámites obligatorios y necesarios a la hora de cambiar el color de la carrocería del vehículo es informarlo a tu compañía de seguros, ya que, dependiendo del tono o del color, las pólizas pueden ser más o menos caras. Estudios realizados por las propias aseguradoras han concluido que los coches rojos son más propensos a sufrir accidentes, por ejemplo.
Por otro lado, el cambio de color de la carrocería se incluye como una de las modificaciones relevantes dentro de las características de un vehículo, por lo que también es necesario informarlo previamente a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), que expedirá una nueva ficha técnica donde se reflejen todos los cambios.
Por otor lado, además de la notificación a tu compañía de seguros y a la ITV, dicho cambio de color de carrocería también es obligatorio notificarlo a la DGT, que debe actualizar los datos del vehículo con cualquier cambio que se haga.
La multa por no realizar este último trámite puede ser superior a los 500 euros.