A la hora de adquirir un vehículo de segunda mano el estado de este es un aspecto clave. Según el trato que haya recibido el coche antes de ponerse a la venta y cómo de cuidado esté o deje de estar el precio puede variar considerablemente. Además, es importante asegurarse de que no cuenten con averías ocultas inmediatas o que puedan surgir a corto o medio plazo y así evitar sorpresas desagradables.
Es por estos motivos que el comprador debe realizar algunas comprobaciones esenciales para luego no llevarse disgustos y, si no tiene conocimientos suficientes, recurrir a un análisis independiente. Pero, ¿cuáles son estas comprobaciones?
Lo primero que deberemos comprobar es la dirección, con el funcionamiento del volante y de la servo, los frenos, el estado de las pastillas y de los discos, etc. Un apartado importante es el análisis de los bajos del vehículo, ya que puede haber fugas de aceite o en el sistema de refrigeración.
Es importante también analizar el tubo de escape, los colectores y catalizadores, las juntas y los silentbloks, rótulas y articulaciones de la dirección, ejes de transmisión, etc… además de posibles fugas de la caja de cambios. Es asimismo importante comprobar el estado general del conjunto de frenos y sus latiguillos, además de ver si hay óxidos en el chasis y verificar el buen estado de amortiguadores y barras estabilizadoras.
Para los compradores que no tengan conocimientos mecánicos suficientes se ha creado Car Approved, un programa de certificación de automóviles para profesionales de vehículos de segunda mano, ocasión y de reestreno. Este sistema de control ha sido creado por Itevelesa Automotive, empresa que certifica la calidad y el estado de vehículos de ocasión, analizando 154 puntos diferentes del automóvil. De estos 154 puntos de control, 55 tienen que ver con el motor y el resto de los elementos antes reseñados, además de análisis del sistema de refrigeración o estado de las correas, entre otras cosas.
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