A los radares de velocidad y de ruido, pronto se sumarán nuevos cinemómetros térmicos con una finalidad muy concreta: controlar el número de ocupantes de los vehículos.
Y es que, este nuevo tipo de radar térmico se encarga, básicamente, de conocer la ocupación de un vehículo en su interior, con el objetivo de saber si hay vehículos que incumplen las normativas de ocupación de los llamados en España carriles VAO de alta ocupación. Como trasfondo está el objetivo máximo de poder ir desincentivando poco a poco el uso del vehículo privado para contaminar menos en los entornos de las grandes ciudades y fomentar la utilización del transporte público y compartido.
Estos nuevos radares térmicos detectan así los pasajeros que transporta realmente cada vehículo y en países como Francia se prueba como elemento de control de carriles de alta ocupación. En España, concretamente, y aunque aún no se han probado, podrían servir a futuro como mecanismo de vigilancia y sanción a lo que la DGT considera ya una infracción grave, según el artículo 76. C de la Ley de Seguridad Vial y Tráfico.
Esta normativa, en concreto, sanciona con 200 euros de multa, pero sin pérdida de puntos en el carné de conducir, el incumplimiento de las normativas de ocupación de los carriles VAO o BUS VAO. Generalmente en este tipo de carriles solo pueden circulan los transportes públicos, como autobuses y taxis, así como vehículos privados siempre y cuando tengan una ocupación de al menos dos pasajeros. Los vehículos con etiqueta Cero Emisiones de la DGT también tienen derecho a circular por ellos sin restricciones, al no ser contaminantes.