Como el resto de los automóviles, el coche eléctrico debe pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). El propietario deberá llevar a cabo los mismos tramites que si se tratara de uno de combustión, solicitando cita previa y facilitando los datos del vehículo y del conductor.
Durante la primera ITV del coche eléctrico, el conductor deberá aportar la documentación necesaria: el DNI de la persona que lleva el coche a revisión, la ficha técnica original del vehículo, el permiso de circulación y el justificante del seguro obligatorio.
Una vez con el “papeleo” en regla, el siguiente paso es el examen de la carrocería que continuará con la revisión del interior del vehículo. Después de comprobar elementos como los asientos y los espejos, la inspección técnica revisará el antihielo y el antivaho, así como el velocímetro, las luces, los ejes, los neumáticos, la suspensión y otras piezas específicas.
No obstante, por ahora hay un elemento clave en los vehículos eléctricos que todavía no se revisa, como es la batería. El estado de esta pieza fundamental para estos modelos podría empezar a revisarse en un futuro.
Por último, si se supera el proceso de inspección, el conductor recibirá la pegatina de la ITV que acredita la capacidad del coche para circular en condiciones de seguridad. Este adhesivo debe colocarse en la luna delantera, pues la multa por no hacerlo asciende a los cien euros.