El objetivo de esta norma es ayudar a España a cumplir con sus compromisos internacionales en la lucha contra el cambio climático para alcanzar antes de 2050 la denominada ‘neutralidad climática’. Para ello, la normativa establece una serie de metas intermedias y de medidas concretas, como la reducción de emisiones. Sin embargo, ¿cómo afecta a la movilidad?
- El objetivo principal de la ley es lograr en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2. Para ello, como tarde en 2040, no se podrán vender turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos no destinados a usos comerciales que emitan CO2.
- Todos los municipios de más de 50.000 habitantes deberán adoptar planes de movilidad sostenible que incluyan zonas de bajas emisiones. Además, los municipios de más de 20.000 habitantes también deberán aprobar zonas de bajas emisiones si su calidad del aire no se considera buena.
- Las gasolineras deberán colocar puntos de recarga de coches eléctricos y se facilitará que estos se instalen en los edificios y aparcamientos. Y es que, la ley establece que, a partir de 2023, todos los edificios que no estén destinados a uso residencial y con más de 20 plazas de aparcamiento deberán contar con infraestructuras de recarga. Además, el Ministerio para la Transición Ecológica elaborará un catálogo nacional de acceso público con los puntos de recarga disponibles para los conductores y se destinarán los fondos europeos de recuperación para incentivar la instalación de infraestructura de recarga.
- El Gobierno fijará también objetivos de integración de combustibles alternativos en el transporte, con especial énfasis en los biocarburantes avanzados y otros combustibles renovables de origen no biológico.
- El Gobierno elaborará una ley de movilidad sostenible y financiación del transporte público, que también contemplará objetivos de penetración del ferrocarril en el transporte de mercancías en distancias superiores a los 300 kilómetros.
Necesidad de una estrategia estructural de renovación del parque
Sin duda, compartimos la necesidad de orientar la demanda a tecnologías más sostenibles, de cero o bajas emisiones, y la discriminación positiva, pero para alcanzar los objetivos marcados resulta imprescindible establecer un plan estructural de achatarramiento. Porque el que contamina es el vehículo antiguo.
Acelerar la consecución de objetivos pasar por atajar la raíz del problema, que es un parque envejecido y altamente contaminante. Por tanto, conscientes de que no se puede pasar de un vehículo de combustión de 13 años -antigüedad media del parque- a uno eléctrico directamente, la transición debe hacerse teniendo en cuenta los Euro 6, incentivando el achatarramiento de vehículos antiguos a cambio de modelos nuevos o seminuevos como paso previo a uno eléctrico y en ese camino, además de ayudar a todas las rentas a que accedan a una solución de movilidad eficiente, damos tiempo también a que la movilidad eléctrica, incluidas las redes de infraestructura de recarga, maduren por completo.