A partir del 1 de enero de 2026 diremos adiós a los triángulos de señalización de peligro para recibir un dispositivo luminoso de color amarillo V-16 que se colocará en la parte más alta posible del vehículo inmovilizado cuando este tenga que pararse por emergencia en carretera, tal y como ha aprobado el Consejo de Ministros.

Así lo recoge el Real Decreto que regula los servicios de auxilio en vías públicas con el objetivo de garantizar la seguridad del sector, ya que cada día unos 11.000 vehículos efectúan numerosas operaciones de ayuda y rescate que entrañan un alto grado de peligrosidad. De hecho, desde 2017 han fallecido 18 operarios en carretera. 

Según explica el Ministerio de Interior, impulsor de este cambio, la colocación de los triángulos conlleva un gran riesgo al tener que salir del vehículo, mientras que la nueva señal garantiza la máxima visibilidad del vehículo sin ese plus de peligrosidad.

Por otro lado, esta señal luminosa comunicará su activación, desactivación y geoposicionamiento al Punto de Acceso Nacional en materia de Tráfico y Movilidad, lo que aportará mayor seguridad. Todavía no es obligatorio su uso, pero los dispositivos luminosos ya se pueden adquirir y la DGT permitirá su uso a partir del día 1 de julio de este mismo año.

Entre los riesgos de adquirir un coche eléctrico o electrificado se encuentra la posibilidad de que se queden rápidamente obsoletos, al tratarse de una tecnología que avanza rápido y que mejora a cada año, y que debido a ello pierdan valor al poco tiempo de haber salido de fábrica.

Para evitar este problema algunas marcas como Volvo han encontrado en la conectividad del coche la solución. Mediante la actualización del software, la cual puede conseguir desde aumentar o gestionar la autonomía hasta instalar nuevos programas que mejoren el proceso de carga o la seguridad, un coche eléctrico puede evitar quedar desfasado frente a modelos más nuevos de manera tan rápida.

Así, como si de un teléfono móvil se tratara, las marcas pueden actualizar sus versiones ya en el mercado de manera inalámbrica, sin tener que exigir al conductor que lleve el vehículo al taller para una puesta a punto. Mediante un paquete de actualizaciones que se descarga en el coche, el cliente recibirá para su vehículo nuevas funciones, corrección de errores y mejoras de estabilidad para los sistemas de propulsión e ‘infoentretenimiento’ del vehículo.