La factura tiene que pagarla quien encargó el servicio. Ahora bien, aquí pueden darse diferentes casos. Puede ser que el conductor haya dejado el coche donde lo compró y haya sido el vendedor el que se haya encargado de llevarlo a reparar; puede ser que el propio vendedor le haya dicho al cliente a qué centro de reparación debe acercarlo directamente o, incluso, puede ser que llegue en una grúa sin estar presente ni propietario ni vendedor.