En 2030 el canal de particulares supondrá solo un 25% de las matriculaciones, una cifra alejada del casi 50% que supusieron en 2019, última referencia prepandemia, según el informe ‘El impacto MADE (Movilidad, Automatización, Digitalización y Electrificación) en la venta y la posventa’ de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), en colaboración con Roland Berger.
Este cambio de paradigma supondrá, como ya ocurrió en otros sectores, una transformación del papel de las redes de distribución, debido a la desafección a la propiedad del consumidor digital y su creciente interés por el pago por uso.
En este sentido, en menos de una década el canal de compradores particulares, que es el que más rentabilidad aporta en la actualidad a los concesionarios, apenas concentrará una de cada cuatro matriculaciones, debilitando todavía más la posición del distribuidor, ya mermada por la desequilibrada relación con la marca ante la ausencia de un marco regulatorio que lo ampare.
Además, este cambio de paradigma se apreciará también en que para 2030 el 67% de los vehículos vendidos se destinarán a servicios de movilidad por suscripción, mientras que en la actualidad estos solo suponen un 39% de las ventas.